Acuérdate de tu Creador en los
días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los
cuales digas: No tengo en ellos contentamiento. (Eclesiastés 12: 1).
Cada bendición que el Padre
concede a los que tienen mayor experiencia, también ha sido provista para los
niños y los jóvenes por intermedio de Cristo.
Cuando Dios ve que los jóvenes estudian la vida y las lecciones que
Jesús enseñó, encarga a los ángeles que los guarden en todos sus caminos, del
mismo modo como los envió para que velaran por Cristo, su amado Hijo. Orientados por el Espíritu Santo, los ángeles
asistieron a Jesús mientras vivió sobre la tierra para que pudiera hacer la
voluntad de su Padre. De este modo, pudo
dar un apropiado ejemplo del carácter que sería modelo para niños y jóvenes. Él
anhela que en cada acto que realicen en la vida, hagan sólo lo que Dios pueda
aprobar. Sabe que cada buena obra, cada
acción bondadosa, cada hecho realizado en obediencia al padre o a la madre, es
registrado en los libros del cielo.
Los que honran a sus padres
podrán cosechar su recompensa en el cumplimiento de la promesa de que vivirán
mucho sobre la tierra que Dios les proporciona.
Los niños deben persistir en el bienhacer y orar para que, en virtud de
los méritos de Cristo, Dios les conceda su gracia, su mente y la hermosura de
su carácter. Él no ha retenido ninguna gracia necesaria para que niños y
jóvenes desarrollen un carácter según el modelo celestial que Cristo
ejemplificó durante su juventud. En el
nombre de Jesús, deben pedir con sencillez y fe confiada que se les concedan
las gracias de su carácter, del mismo modo como un hijo solicita un favor a su
padre terrenal.
Queridos niños y jóvenes, ustedes necesitan un nuevo corazón. Pídanlo a Dios. Él dice: "Os daré un corazón nuevo" (Eze. 36: 26). Si ustedes piden de acuerdo con la voluntad de Dios, no duden de que recibirán todo lo que él ofreció, porque lo va a cumplir.
Si se allegan con un corazón contrito, no piensen que son presumidos al pedirle a Dios que les conceda su promesa. La presunción ocurre cuando pedimos para satisfacer las inclinaciones egoístas, y para gratificarnos con cosas terrenales.
Sin embargo, cuando pidan las bendiciones espirituales que tanto se necesitan para tener un carácter perfecto a la semejanza de Cristo, Dios les asegura que están pidiendo conforme a una promesa registrada en su Palabra.- The Youth's Instructor, 23 de agosto de 1894. 145
AUDIO. https://youtube.com/playlist?list=PLvgp0opDuRFzYiJ_3Qer1djKIxMXbo7sk
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