Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría,
pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será
dada. (Santiago 1:5).
Quienes piden porque desean impartir no serán
chasqueados. Dios recompensará a quienes vienen a él con fe sincera. Nos
asegura que el pensamiento de su majestad y soberanía no debe atemorizamos. Nos
dará mucho más abundantemente de lo que pedimos si vamos al trono de su gracia.
Al suplir nuestras demandas destaca su soberanía como motivo de confianza en su
grande y generosa abundancia. Se
compromete a escuchar nuestras oraciones, asegurándonos que las oirá. Condesciende
a apelar desde el instinto de la ternura paternal hasta la infinita
benevolencia de Aquel a quien pertenecemos por creación y por redención. Nos
dice: "Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a
vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a
los que se lo pidan?" (Luc. 11:13). Los necesitados y hambrientos en
espíritu nunca suplicarán en vano...
En vista de esto, díganme: ¿Quiénes deberían aparecer
con rostros más luminosos, radiantes y alegres que quienes viven por fe en el
Hijo de Dios? En él los necesitados y hambrientos encuentran saciedad para
todas sus carencias. Pero no olvidemos, quienes han recibido de Dios las cosas
buenas de esta vida deben ser sus manos ayudadoras para satisfacer la
indigencia de los pobres. Tienen que asociarse a él como obreros. Deben ser sus
mayordomos de confianza, y usar sus bienes para el avance de la obra de Dios. Así
su nombre será glorificado.
El Señor desea emplear a la iglesia como un canal mediante
el cual pueda transmitir su liberalidad. Si su pueblo mantuviera abierto este
conducto, recibiendo los dones espirituales y temporales de su gracia para
impartirlos a los necesitados, no habría ningún enfermo descuidado ni huérfano
llorando por alimento. Las viudas y los huérfanos cantarían de gozo. Dios ha
dado al hombre el más valioso de sus dones. Ha procedido así para que el hombre
pueda distribuir la abundancia de la gracia divina.- Bible Echo, 12 de agosto
de 1901. 222
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLvgp0opDuRFxTJtmQ8X5_wYad_Ob2DbUh
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