Procurad, pues, los dones mejores. Mas yo os muestro
un camino aún más excelente. (1Corintios 12:31).
Algunos están en peligro de ceder a la envidia porque
otro podría lograr la supremacía. Están expuestos a no reconocer los dones de
sus colaboradores como tan necesarios para el éxito de la obra como los suyos
propios. Pero el verdadero amor a Dios lleva consigo la confianza verdadera y
respetuosa. Y quien ama a Dios amará también a su hermano.
No debe existir mandoneo, ni dominación, ni
autoritarismo. El amor de Dios debe fluir a través de la existencia como una
corriente de vida generadora y sanadora. El espíritu, las palabras y los actos
de cada obrero tienen que mostrar que es consciente de que actúa en lugar de
Cristo. Sabe que el poder que recibe del gran Maestro es para educar a otros, y
no para dominar o mandar. Debe acudir a Cristo como quien desea aprender cómo
instruir y ayudar a otros.
El contentamiento paciente y alegre es uno de los
"mejores dones". Así también el coraje para seguir en el sendero del
deber, aun cuando éste nos separe de los amigos. Pero el valor de la convicción nunca debe
conducir a la obstinación que lleva al hombre a aferrarse a sus propias ideas. Que
todos velen y oren.
El talento del habla es un don maravilloso, que puede
ser un gran poder para el bien o para el mal.
La capacidad intelectual, el buen gusto, la habilidad,
el refinamiento y la verdadera exaltación son elementos que Dios usa para su
obra. Pero primero deben ser puestos bajo sujeción. La presencia del Señor ha
de ser un poder controlador. Aquellos cuyos corazones se unan con el de Cristo,
estarán adaptados a su voluntad y lo manifestarán en sus deseos y prácticas.
Fervientemente tenemos que aspirar a los mejores
dones, pero esto no significa que intentaremos ser los primeros. Debemos buscar
anhelosamente seguir el ejemplo de Cristo, a fin de ser heraldos de su
evangelio. Esto es religión verdadera. Vendrán las tentaciones; las sospechas y
las malas conjeturas harán difícil conservar el espíritu de la vida superior;
sin embargo, el Señor desea que caminemos hacia adelante en su bendita y santa
luz. Pacific Union Recorder, 26 de julio de 1906. 210
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLvgp0opDuRFxTJtmQ8X5_wYad_Ob2DbUh
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