Le dijeron: ¿Pues quién
eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo? Dijo:
Yo soy la voz que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo
el profeta Isaías. (Juan 1:22,23).
"De cierto os
digo, que no se levantó entre los que nacen de mujeres otro mayor que Juan el
Bautista" (Mat. 11:11). En el
anuncio hecho a Zacarías antes del nacimiento de Juan, el ángel había
declarado: "Será grande delante de Dios" (Luc. 1:15). En la estima
del cielo, ¿qué constituye la grandeza? No lo que el mundo tiene por tal; ni la
riqueza, la jerarquía, el linaje noble, o las dotes intelectuales, estimadas en
sí mismas. Si la grandeza intelectual, fuera de cualquier consideración
superior, es digna de honor, entonces debemos rendir homenaje a Satanás, cuyo
poder intelectual no ha sido nunca igualado por hombre alguno. Pues si el don
está pervertido para servir al yo, cuanto mayor sea, en mayor maldición
resulta. Lo que Dios aprecia es el valor moral. El amor y la pureza son los
atributos que más estima. Juan era grande a la vista del Señor cuando, delante
de los mensajeros del Sanedrín, delante de la gente y de sus propios
discípulos, no buscó honra para sí mismo, sino que a todos indicó a Jesús como
el Prometido. Su abnegado gozo en el ministerio de Cristo presenta el más alto
tipo de nobleza que se haya revelado en el hombre.
El testimonio dado
acerca de él después de su muerte, por aquellos que le oyeron testificar acerca
de Jesús, fue: "Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; mas todo lo que
Juan dijo de éste, era verdad" (Juan 10:41). No le fue dado a Juan hacer
bajar fuego del cielo, ni resucitar muertos, como Elías lo había hecho, ni
manejar la vara del poder en el nombre de Dios como Moisés. Fue enviado a
pregonar el advenimiento del Salvador, y a invitar a la gente a prepararse para
su venida. Tan fielmente cumplió su misión, que al recordar la gente lo que
había enseñado acerca de Jesús, podía decir: "Todo lo que Juan dijo de
éste, era verdad". Cada discípulo del Maestro está llamado a dar semejante
testimonio de Cristo.- El Deseado de todas las gentes, pp. 190, 191. 276
AUDIO: https://youtube.com/playlist?list=PLvgp0opDuRFzZ_A1Yl5Cue5fxawAPGjut
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