sábado, 19 de octubre de 2019

05. LA MEJOR DE TODA LAS CIENCIAS "EL REINO DE DIOS EN EL CORAZÓN".


JESUS Y LA POLITICA
El gobierno bajo el cual Jesús vivía era corrupto y opresivo; por todos lados había abusos clamorosos: extorsión, intolerancia y crueldad insultante.

SIN EMBARGO, el Salvador no intentó hacer reformas civiles, no atacó los abusos nacionales ni condenó a los enemigos nacionales. No intervino en la autoridad ni en la administración de los que estaban en el poder.

El que era nuestro ejemplo se mantuvo alejado de los gobiernos terrenales. No porque fuese indiferente a los males de los hombres, SINO PORQUE EL REMEDIO NO CONSISTÍA en medidas simplemente humanas y externas. Para ser eficiente, la cura debía alcanzar a los hombres individualmente, y debía regenerar el corazón. -DTG 470.

Algunos de los fariseos habían venido a Jesús y le habían preguntado "cuándo había de venir el reino de Dios". Habían pasado más de tres años desde que Juan el Bautista diera el mensaje que a manera de toque de trompeta había repercutido por el país: "Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado" (Mat. 3: 2). Y sin embargo los fariseos no veían señal alguna del establecimiento del reino. . .

Jesús contestó: "El reino de Dios no vendrá con advertencia [manifestación exterior, VM] ni dirán: Helo aquí, o helo allí porque he aquí el reino de Dios entre vosotros está. No busquéis aquí o allí manifestaciones de poder terrenal que señalen su comienzo. -Id. 467. Las obras de Cristo no sólo declaraban que era el Mesías, sino que manifestaban cómo iba a establecerse su reino. . . 

El reino de Dios no viene con manifestaciones externas. Viene mediante la dulzura de la inspiración de su Palabra, la obra interior de su Espíritu, y la comunión del alma con Aquel que es su vida. La mayor demostración de su poder se advierte en la naturaleza humana llevada a la perfección del carácter de Cristo. . .

Cristo vino a la tierra, y se presentó ante los hijos de los hombres con el atesorado amor de la eternidad, y tal es el caudal que, por medio de nuestra unión con él, hemos de recibir para manifestarlo y distribuirlo.-MC 23, 24. 17

sábado, 5 de octubre de 2019

I. LA VENIDA DEL ESPÍRITU: 23. EL ESPÍRITU NOS HABLA.


Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, 
el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. (Juan 15: 26).
El Señor ha condescendido en darle a usted la efusión de su Santo Espíritu.  En las reuniones campestres, y en varias de nuestras instituciones, se le ha dado una gran bendición.  Ha recibido la visita de mensajeros celestiales, portadores de luz, verdad y poder.  No fue por medios extraños como Dios lo bendijo. ¿Cómo Cristo puede subyugar a su pueblo escogido? Por el poder de su Santo Espíritu.  A través de las Escrituras es que Dios habla a la mente e imprime la verdad en los corazones de los hombres.

Antes de la crucifixión, Cristo prometió a sus discípulos que les enviaría al Consolador.  Dijo:  "Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya, porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré.  Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio" (Juan 16: 7, 8).   "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.  El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber"  (vers. 13, 14).

Al haberse minimizado la promesa de Cristo, y a causa de la escasez del Espíritu Santo, la espiritualidad de la ley y sus eternas obligaciones no han sido comprendidas.  Los que profesan amar a Cristo no han captado la relación que existe entre ellos y Dios, y su comprensión aún permanece en la oscuridad.  Vagamente entienden la admirable gracia de Dios, quien dio a su Hijo unigénito para salvar al mundo.  Tampoco captan lo distante que están de las exigencias de la santa ley, y cuan íntimamente deben ser asimilados sus preceptos para que se manifiesten en la vida práctica.  No han visto cuán grande es la necesidad y el privilegio de orar, de arrepentirse y de aceptar las palabra de Cristo.

Es responsabilidad del Espíritu Santo dar a conocer el modelo de consagración que Dios acepta. Mediante el Espíritu Santo, la persona es iluminada, y el carácter es renovado, elevado y santificado. 
Review and Herald, 30 de enero de  1894. 33 RP EGW

martes, 20 de agosto de 2019

04. NUESTRA ACTITUD ANTE LA ADVERSIDAD Y LAS PRUEBAS.


SI, EN CIRCUNSTANCIAS PENOSAS, hombres de poder espiritual, 128 apremiados más de lo que pueden soportar, se desalientan y abaten; si a veces no ven nada deseable en la vida, esto no es cosa extraña o nueva.  Recuerden los tales que uno de los profetas más poderosos huyó por su vida ante la ira de una mujer enfurecida.  Fugitivo, cansado y agobiado por el viaje, con el ánimo abatido por la cruel desilusión, solicitó que se le dejase morir.  Pero fue cuando su esperanza había desaparecido y la obra de su vida se veía amenazada por la derrota, cuando aprendió una de las lecciones más preciosas de su vida.  En la hora de su mayor flaqueza conoció la necesidad y la posibilidad de confiar en Dios en las circunstancias más severas.

LOS QUE, MIENTRAS DEDICAN LAS ENERGÍAS DE SU VIDA A UNA LABOR ABNEGADA, se sienten tentados a ceder al abatimiento y la desconfianza, pueden cobrar valor de lo que experimentó Elías.  El cuidado vigilante de Dios, su amor y su poder se manifiestan en forma especial para favorecer a sus siervos cuyo celo no es comprendido ni apreciado, cuyos consejos y reprensiones se desprecian y cuyos esfuerzos por las reformas se retribuyen con odio y oposición.
Es en el momento de mayor debilidad cuando Satanás asalta al alma con sus más fieras tentaciones.  Así fue como esperó prevalecer contra el Hijo de Dios; porque por este método había obtenido muchas victorias sobre los hombres.  Cuando la fuerza de voluntad flaqueaba y faltaba la fe, entonces los que se habían destacado durante mucho tiempo y con valor por el bien, cedían a la tentación.  MOISÉS, cansado por cuarenta años de peregrinación e incredulidad, perdió por un momento su confianza en el Poder infinito. Fracasó precisamente en los lindes de la tierra prometida.  Así también fue con Elías.  El que había mantenido su confianza en Jehová a través de los años de sequía y hambre; el que había estado intrépidamente frente a Acab; el que durante el día de prueba había estado en el Carmelo delante de toda la nación como único testigo del Dios verdadero, en un momento de cansancio permitió que el temor de la muerte venciese su fe en Dios. 129 

Y ASÍ SUCEDE HOY.  Cuando estamos rodeados de dudas y las circunstancias nos dejan perplejos, o nos afligen la pobreza y la angustia, Satanás procura hacer vacilar nuestra confianza en Jehová.  Entonces es cuando despliega delante de nosotros nuestros errores y nos tienta a desconfiar de Dios, a poner en duda su amor.  Así espera desalentar al alma, y separarnos de Dios.

Los que, destacándose en el frente del conflicto, se ven impelidos por el Espíritu de Dios a hacer una obra especial, experimentarán con frecuencia una reacción cuando cese la presión.  El abatimiento puede hacer vacilar la fe más heroica y debilitar la voluntad más firme.  Pero Dios comprende, y sigue manifestando compasión y amor.  Lee los motivos y los propósitos del corazón.  Aguardar con paciencia, confiar cuando todo parece sombrío, es la lección que necesitan aprender los dirigentes de la obra de Dios.  El Cielo no los desamparará en el día de su adversidad.  No hay nada que parezca más impotente que el alma que siente su insignificancia y confía plenamente en Dios, y en realidad no hay nada que sea más invencible.

No sólo es para los hombres que ocupan puestos de gran responsabilidad la lección de lo que experimentó Elías al aprender de nuevo a confiar en Dios en la hora de prueba.  El que fue la fortaleza de Elías es poderoso para sostener a cada hijo suyo que lucha, por débil que sea.  Espera de cada uno que manifieste lealtad, y a cada uno concede poder según su necesidad.  En su propia fuerza el hombre es absolutamente débil; pero en el poder de Dios puede ser fuerte para vencer el mal y ayudar a otros a vencerlo.  Satanás no puede nunca aventajar a aquel que hace de Dios su defensa. "Ciertamente en Jehová está la justicia y la fuerza." (Isa. 45: 24.)

HERMANO CRISTIANO (A), Satanás conoce tu debilidad; por lo tanto aférrate a Jesús. Permaneciendo en el amor de Dios, puedes soportar toda prueba. Sólo la justicia de Cristo puede darte poder para resistir a la marea del mal que arrasa al 130 mundo.

 INTRODUCE FE EN TU EXPERIENCIA.  La fe alivia toda carga y todo cansancio.  Si confías de continuo en Dios, podrás comprender las providencias que te resultan ahora misteriosas. Recorre por la fe la senda que él te traza.  

TENDRÁS PRUEBAS; pero sigue avanzando.  Esto fortalecerá tu fe, y te preparará para servir.  Los anales de la historia sagrada fueron escritos, no simplemente para que los leamos y nos maravillemos, sino para que obre en nosotros la misma fe que obró en los antiguos siervos de Dios.  El Señor obrará ahora de una manera que no será menos notable doquiera haya corazones llenos de fe para ser instrumentos de su poder.

A nosotros, como a Pedro, se dirigen estas palabras: "Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; mas yo he rogado por ti que tu fe no falte." (Luc. 22: 31, 32.) 
NUNCA ABANDONARÁ Cristo a aquellos por quienes murió.  Nosotros podemos dejarle y ser abrumados por la tentación; pero nunca puede Cristo desviarse de un alma por la cual dio su propia vida como rescate. 

UN CONFLICTO REAL
Si nuestra visión espiritual pudiese despertarse, veríamos almas agobiadas por la opresión y cargadas de pesar, como un carro de gavillas, a punto de morir desalentadas.  Veríamos ángeles volar prestamente en ayuda de estos seres tentados, para rechazar las huestes del mal que los rodean y colocar sus pies sobre el fundamento seguro.  LAS BATALLAS QUE SE RIÑEN ENTRE LOS DOS EJÉRCITOS SON TAN REALES como las que entablan los ejércitos de este mundo, y son destinos eternos los que dependen del resultado del conflicto espiritual.

En la visión del profeta Ezequiel aparecía como una mano debajo de las alas de los querubines.  Esto tenía por fin enseñar a los siervos de Dios que el poder divino es lo que da éxito.  Aquellos a quienes Dios emplea como sus mensajeros no deben considerar que la obra de él depende de ellos. 

 Los seres finitos no son los que han de llevar esta carga de responsabilidad.  El que no duerme, el que está obrando de continuo para realizar sus designios, llevará adelante su obra.  El estorbará los propósitos de los hombres impíos, confundirá los consejos de 131 aquellos que maquinan el mal contra su pueblo.  El que es el Rey, el Señor de los ejércitos, está sentado entre los querubines; y en medio de la lucha y el tumulto de las naciones, sigue guardando a sus hijos.  Cuando las fortalezas de los reyes sean derribadas, cuando las saetas de la ira atraviesen los corazones de sus enemigos, su pueblo estará seguro en sus manos. HPR EGW  132

martes, 30 de julio de 2019

I. LA VENIDA DEL ESPÍRITU: 22. EL ESPÍRITU NOS VISITA.


En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, 
y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa. (Efesios 1: 13).
Mediante la profunda acción del Espíritu de Dios me fue mostrado el ministerio de visitación del Espíritu Santo.  
Me alertó acerca de los peligros a que se verán expuestos los creyentes.  Habrán de encarar los más fieros asaltos del enemigo, quien los presionará con tentaciones destinadas a neutralizar la obra del Espíritu de Dios. 

 Su propósito es impedir que las importantes verdades presentadas por el Espíritu Santo purifiquen y santifiquen a los que recibieron la luz celestial  y para que Cristo no pueda ser glorificado en ellos. 
 La oportunidad de contar con una mayor luz celestial, pero ésta no es apreciada como sagrada y ni se le permite actuar, producirá oscuridad espiritual.  Además, si el creyente no valora las impresiones hechas por el Espíritu de Dios, desaparecerá de la mente el terreno santo que ocupaba.

Los que estén dispuestos a realizar avances en su conocimiento espiritual, deben permanecer junto a la fuente de Dios para beber una y otra vez del pozo de la salvación que les ha sido abierto gratuitamente.  Nunca deben abandonar este manantial que refresca, para que su corazón, pletórico de gratitud y amor, sea un exponente de la bondad y de la compasión de Dios.  Continuamente deben beber del líquido vital...

 "Más os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis"  (Juan 6: 36).  En el caso de muchos, esto se ha cumplido literalmente.  A pesar de que el Señor les ha dado a conocer la verdad, les ha mostrado su carácter misericordioso y los ha iluminado, se vuelven incrédulos y no les importa todas esas manifestaciones de compasión y amor.  

Percibieron la profunda obra del Espíritu de Dios; sin embargo, cuando fueron objetos de las tentaciones insidiosas de Satanás, que generalmente ataca después de un período de reavivamiento, no resistieron la prueba hasta la muerte  por no compartir la luz que los recibieron, pudiendo haber estado en terreno ventajoso, fueron aplastados por el enemigo.  Deberían haber obrado y procedido en armonía con las sagradas revelaciones del Espíritu Santo, 
pero, al no hacerlo, sufrieron gran pérdida. Review and Herald, 30 de enero de 1894. RP EGW  33

jueves, 18 de julio de 2019

I. LA VENIDA DEL ESPÍRITU: 21. EL ESPÍRITU SE MUEVE EN NUESTRO MEDIO.


En esto conocemos que pertenecemos en él, y él en nosotros,
 en que nos ha dado de su Espíritu. (1 Jn. 4:13).
Aunque no podamos ver al Espíritu de Dios, sabemos que bajo su acción el hombre, que estaba muerto en transgresiones y pecados, es convencido y convertido.  El descuidado y díscolo llega a ser serio.  El endurecido se arrepiente de sus pecados, y el que no tiene fe se hace creyente.  El jugador, el borrachín y el licencioso se vuelve firme, sobrio y puro.  El rebelde y obstinados llega a ser dócil y semejante a Cristo.  Cuando observamos estos cambios, podemos estar seguros de que el poder transformador de Dios ha convertido a esa persona.  

No vemos al Espíritu, pero sí es posible captar las evidencias de su obra que cambia el carácter del más endurecido y obstinado de los pecadores.  Así como el viento mueve con su fuerza al más elevado de los árboles y los derriba, del mismo modo el Espíritu Santo puede actuar en el corazón humano, sin que ningún hombre finito pueda circunscribir la obra de Dios.

Su Espíritu se manifiesta en cada persona de maneras diferentes.  Aunque algunos tiemblen ante el poder de Dios y el de su Palabra, sus convicciones llegan a ser tan profundas que, aun cuando estalle en su corazón un huracán o una agitación de sentimientos, su ser entero se postra inconmovible ante el poder convincente de la verdad. 

 Cuando el Señor perdona al pecador arrepentido, éste se llena del. amor de Dios, de fervor y de energía.  Al ser recibido, el Espíritu que da vida no puede ser reprimido. Cristo en él es una fuente de agua que brota para vida eterna.  Sus sentimientos de amor son tan hondos y ardientes como lo fue su angustia y agonía. 

 Se asemeja a una fuente profunda que se rompe y se derrama en acción de gracia y alabanza, en agradecimiento  y  felicidad; hasta las arpas celestiales sintonizan con sus notas de regocijo. La historia que tiene para relatar no la cuenta de un modo conciso, común y metódico.  Es un creyente rescatado por los méritos de Cristo Jesús, y su ser entero se conmueve con la realización de la salvación de Dios.
 Review and Herald, 5 de mayo de 1896. RP EGW

martes, 16 de julio de 2019

I. LA VENIDA DEL ESPÍRITU: 20. EL ESPÍRITU NOS HACE HIJOS DE DIOS.


Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. (Romanos 8: 14).
Cristo ocupó su lugar entre los hombres como oráculo de Dios. Habló como quien tiene autoridad, dirigiéndose a la gente con expresiones vigorosas, y exigiendo fe implícita y obediencia. Como pueblo, hemos fundamentado nuestra fe sobre principios establecidos en la Biblia. También empeñamos mente y corazón para obedecer la Palabra de vida, y para seguir un "Así dice el Señor". Toda nuestra esperanza presente y futura depende de nuestro parentesco con Cristo y con Dios. Pablo se expresa con vigor para confirmar nuestra fe al respecto. 

A quienes son guiados por el Espíritu de Dios y en cuyos corazones habita la gracia de Cristo, el apóstol les dice:  
"El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados" (Rom. 8: 16, 17). "Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!" (Rom. 8: 15). Somos llamados por Cristo para salir del mundo con el propósito de ser diferentes.  Fuimos convocados para practicar la santidad, teniendo nuestro corazón continuamente cerca de Dios y al Espíritu Santo permaneciendo en nosotros. 

 Todo verdadero creyente manifestará con sus hechos que la gracia del amor de Cristo está en su corazón. Donde una vez hubo desconocimiento de Dios, será evidente la coparticipación con él.  Donde hubo manifestaciones de la naturaleza carnal, ahora se verán los atributos divinos. Sus hijos deben llegar a ser obreros de la justicia y buscar al Señor en forma continua para que les agrade hacer su voluntad. Esto los hará completo en Cristo. Con sus vidas manifestarán a los ángeles, a los hombres y a los mundos no caídos que han sido conformados a la voluntad de Dios, y que son leales adherentes de los principios de su reino. Habitando el Espíritu Santo por la fe en sus corazones, entrarán en relación con Cristo y los unos con los otros. Así se producirán en ellos los preciosos frutos de la santidad. Review and Herald, 19 de agosto de 1909. RP EGW

jueves, 30 de mayo de 2019

03. EL ORIGEN DE LA TIERRA “LA HISTORIA REAL”


LA CREACIÓN DE LA TIERRA 
La ciencia no puede explicar la creación. 
¿Qué ciencia puede explicar el misterio de la vida?
 "Por la fe entendemos haber sido compuestos los siglos por la palabra de Dios, siendo hecho lo que se ve, de lo que no se veía."
(Hebreos 11:3).
"Yo: que formo la luz y crío las tinieblas, ... yo Jehová que hago todo esto, ... yo hice la tierra, y crié sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé." "En llamándolos yo, parecieron juntamente." (Isaías 45: 6-12; 48:13).

 En la creación de la tierra, nada debió Dios a la materia preexistente. 
"Él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió." (Salmo 33:9). 
Todas las cosas, materiales o espirituales, surgieron ante el Señor Jehová cuando él habló, y fueron creadas para su propio designio. Los cielos y todo su ejército, la tierra y todo lo que hay en ella, surgieron a la existencia por el aliento de su boca. 

En la creación del hombre resulta manifiesta la intervención de un Dios personal. Cuando Dios hubo hecho al hombre 323 a su imagen, el cuerpo humano quedó perfecto en su forma y organización, pero estaba aún sin vida. 
 Después, el Dios personal y existente de por sí infundió en aquella forma el soplo de vida, y el hombre vino a ser criatura viva e inteligente. Todas las partes del organismo humano fueron puestas en acción. 
El corazón, las arterias, las venas, la lengua, las manos, los pies, los sentidos, las facultades del espíritu, todo ello empezó a funcionar, y todo quedó sometido a una ley. El hombre fue hecho alma viviente.

 Por medio de Cristo el Verbo, el Dios personal creó al hombre, y lo dotó de inteligencia y de facultades. Nuestra substancia no le era oculta cuando fuimos hechos en el misterio; sus ojos vieron nuestra substancia por imperfecta que fuera, y en su libro todos nuestros miembros estaban anotados, aun cuando ninguno de ellos existiera todavía. 

Sobre todos los órdenes inferiores de los seres, Dios dispuso que el hombre, corona de su creación, expresara el pensamiento divino y revelara la gloria de Dios. 
 Pero no por ello tiene el hombre que enaltecerse como Dios. "Cantad alegres a Dios.... Servid a Jehová con alegría; venid ante su acatamiento con regocijo. Reconoced que Jehová él es Dios: él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con reconocimiento, por sus atrios con alabanza: alabadle, bendecid su nombre." 
"Ensalzad a Jehová nuestro Dios, y encorvaos al monte de su santidad; porque Jehová nuestro Dios es santo." (Salmos 100:1-4; 99:9).

  Continuamente Dios sostiene y emplea como ministros suyos las cosas que hizo. Obra por medio de las leyes de la 324 naturaleza, que le sirven de instrumento, pero no actúan automáticamente. 
 La naturaleza atestigua la presencia inteligente y la intervención activa de un Ser que obra en todo según su voluntad. 
"Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos.
 Por generación y generación es tu verdad: tú afirmaste la tierra, y persevera. Por tu ordenación perseveran hasta hoy las cosas creadas; porque todas ellas te sirven." "Todo lo que quiso Jehová, ha hecho en los cielos y en la tierra, en las mares y en todos los abismos." 
"Él mandó y fueron criadas. Y las hizo ser para siempre por los siglos; púsoles ley que no será quebrantada." 
(Salmos 119:89-91; 135:6; 48:5, 6).


  No es por medio de una fuerza inherente como año tras año la tierra suministra sus dones y sigue su marcha alrededor del sol. 
 La mano del Infinito obra perpetuamente para guiar el planeta. 
 El poder de Dios, en constante ejercicio, hace que la tierra conserve su posición en su rotación. Es Dios quien dispone que el sol salga y se levante en los cielos. 
 Es Dios quien abre las ventanas de los cielos y da la lluvia. "El da la nieve como lana, derrama la escarcha como ceniza." "A su voz se da muchedumbre de aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace los relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos." (Salmo 147:16; Jeremías 10:13).  


Por el poder de Dios medra la vegetación, despunta la hoja, se abre la flor, cuaja y se desarrolla la fruta. El mecanismo del cuerpo humano no puede ser comprendido 325 por completo; presenta misterios que confunden a los más inteligentes. No es por efecto de un mecanismo que, una vez puesto en movimiento, prosigue su acción, como late el pulso y una respiración sigue a la otra. En Dios vivimos, nos movemos 
y somos. 


 El corazón que palpita, el pulso que late, cada nervio y músculo del organismo vivo se mantienen en orden y actividad por el poder 
de un Dios siempre presente. 


La Biblia nos muestra a Dios en su alto y santo puesto, no en estado de inacción, no en el silencio y la soledad, sino rodeado de millares de millares y millones de millones de seres santos, siempre a la espera de sus órdenes. Por medio de estos mensajeros permanece Dios en comunicación activa con todas las partes de su dominio.


 Por medio de su Espíritu está presente en todas partes. Mediante su Espíritu y sus ángeles atiende y cuida a los hijos de los hombres. Por encima de las confusiones de la tierra Dios está en su trono; todas las cosas están abiertas a su divina mirada; y desde su grande y serena eternidad ordena lo que su providencia considera mejor. 


"El hombre no es señor de su camino, 
ni del hombre que camina es ordenar sus pasos." 
"Fíate de Jehová de todo tu corazón, ... reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas." 
"El ojo de Jehová sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia; para librar sus almas de la muerte, y para darles vida en el hambre."
 "¡Cuán ilustre, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas." 
"Bienaventurado aquel en cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza es en Jehová su Dios." 326 

"De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra." Tú amas "justicia y juicio." Tú eres "esperanza de todos los términos de la tierra, y de los más remotos confines de la mar. Tú, el que afirma los montes con su potencia, ceñido de valentía: el que amansa el estruendo de los mares, ... y el alboroto de las gentes.... Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde,.. . Tú coronas el año de tus bienes; Y tus nubes destilan grosura." 
"Sostiene Jehová a todos los que caen, y levanta a todos los oprimidos. Los ojos de todos esperan en ti, y tú les das su contada en su tiempo. Abres tu mano, y colmas de bendición a todo viviente." (Jeremías 10:23; Proverbios 3:5, 6; Salmos 33:18, 19; 36:7; 146:5; 119:64; 33:5; 65:5-8, 11; 145:14-16). MC EGW MHP 

miércoles, 29 de mayo de 2019

UNA MEJOR MANERA DE VIVIR CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL/CLÁSICO/MHP “Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: "Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo y sea toda mi 70 obra hecha en ti". Este es un asunto diario. Cada mañana conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a él, para ponerlos en práctica o abandonarlos según te lo indicare su providencia. Sea puesta así tu vida en las manos de Dios y será cada vez mas semejante a la de Cristo” CC. 69,70.


01.- UNA MEJOR MANERA DE VIVIR 
CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL. 

02. UNA MEJOR MANERA DE VIVIR 
CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL. 

03. UNA MEJOR MANERA DE VIVIR 
CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL. 

04. UNA MEJOR MANERA DE VIVIR 
CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL. 

05. UNA MEJOR MANERA DE VIVIR 
CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL.  

06. UNA MEJOR MANERA DE VIVIR
 CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL.

07. UNA MEJOR MANERA DE VIVIR 
CON ROBERT COSTA/DEVOCIONAL. 

CANAL LA MANERA SABIA DE VIVIR (Comienza Tu Día, Escuchando La Voz De Dios) Ministerio Hno. PIO/IASD

I. LA VENIDA DEL ESPÍRITU: 19. EL ESPÍRITU INTERCEDE POR NOSOTROS.


Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, 
porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. (Romanos 8: 27).
Para aproximamos a Dios tenemos un sólo canal.  Nuestras oraciones pueden acceder a él por intermedio del único nombre: el de Jesús, nuestro abogado. El Espíritu debe inspirar nuestras peticiones. En el santuario, ningún fuego extraño era utilizado en los incensarios que se agitaban delante de Dios. Siendo así, únicamente el Señor puede encender un deseo ardiente en el corazón, si es que deseamos que nuestras oraciones resulten aceptables. El Espíritu Santo es el que debe hacer la intercesión en nuestro favor, y la realiza con gemidos que nadie puede reproducir. Un profundo sentido de la necesidad, y un gran deseo de recibir lo que pedimos, debe caracterizar a nuestras oraciones; de lo contrario, no serán escuchadas.  

Sin embargo, no deberíamos cansarnos de expresar nuestras plegarias porque no recibimos una respuesta inmediata. "El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan" (Mat. 11: 12). Esta violencia quiere decir ahínco santo, semejante al que manifestó Jacob. No es necesario que intentemos producir en nosotros una emoción intensa. En nuestras peticiones debemos insistir ante el trono de la gracia en forma tranquila y persistente. Tenemos que humillarnos delante de Dios, confesar nuestros pecados y con fe acercarnos a él. 

El Señor respondió las peticiones de Daniel, no para que él se ensalzara, sino para que la bendición pudiera reflejar la gloria de Dios.  El designio del Señor es darse a conocer mediante su providencia y su gracia. Las oraciones son para glorificar a Dios y no para nuestra exaltación personal. Cuando consideremos que somos débiles, ignorantes y desvalidos como realmente somos, nos acercaremos a él como humildes suplicantes. El desconocimiento de Dios y de Cristo crea el orgullo y la justificación propia. El infalible indicador de que el hombre no conoce al Señor es su sentimiento de que es grande o bueno. El corazón orgulloso siempre estará asociado con la indigencia. 

 Cuando a Daniel se le dio a conocer la gloria divina, exclamó: "No quedó fuerza en mí, antes mi fuerza se cambió en desfallecimiento" (Dan. 10: 8). Cuando el ser humilde que busca a Dios ve como él es, al instante se verá a sí mismo como Daniel. En lugar de la vanidad humana, desarrollará un profundo sentido de la santidad de Dios y de la justicia de sus exigencias. El fruto de esta experiencia se manifestará en una vida de renunciamiento propio y de sacrificio personal. Review and Herald, 9 de febrero de 1897. RP EGW

UNA MEJOR MANERA DE VIVIR (NUEVO) REFLEXIONES DIARIAS


LA ORACIÓN. "Conversando Con Dios" 

EL PERDÓN.
Si conociera el perdón de Dios. ¡Cuántos y de cuantos problemas estarías libre! Porque el perdón sana, restaura y eleva. 

 LA SABIDURÍA. 
"El Principio De La Sabiduría Reside En Dios" 

EL AMOR.
 ¡Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, 
que seamos llamados hijos de Dios! 

 LOS HIJOS.
En estos tiempos se habla mucho de la naturaleza e importancia de la "educación superior". Aquel con quien están "la sabiduría y el poder"*Job 12:13, y de cuya boca "viene el conocimiento y la inteligencia"*Prov. 2:6, imparte la verdadera educación superior. Todo verdadero conocimiento y desarrollo tienen su origen en el conocimiento de Dios. Doquiera nos dirijamos: al dominio físico, mental y espiritual; cualquier cosa que contemplemos, fuera de la marchitez del pecado, en todo vemos revelado este conocimiento. Cualquier ramo de investigación que emprendamos, con el sincero propósito de llegar a la verdad, nos pone en contacto con la Inteligencia poderosa e invisible que obra en todas las cosas y por medio de ellas. CN EGW 

RELIGIÓN. 
La religiosidad es un ismo muy peligroso, extremo, porque conlleva intolerancia en todas sus manifestaciones y prueba de ello tenemos lo que se vivió, en los tiempos de la era cristiana. Que el nombre de la religión se persiguió a millones de personas por pensar diferente. Pero la religión verdadera es pacifica como fue Jesús. Se preocupa por los demás y busca solo su bienestar. MHP 

ÁNGELES. 
El corazón de Dios suspira por sus hijos terrenales con un amor más fuerte que la muerte. Al dar a su Hijo nos ha vertido todo el cielo en un don. La vida, la muerte y la intercesión del Salvador, el ministerio de los ángeles, las súplicas del Espíritu Santo, el Padre que obra sobre todo y por todo, el interés incesante de los seres celestiales, todos son movilizados en favor de la redención del hombre…. ¿No apreciaremos la misericordia de Dios? ¿Qué más podía El hacer? Entremos en perfecta relación con Aquel que nos amó con amor asombroso. Aprovechemos los medios que nos han sido provistos para que seamos transformados conforme a su semejanza y restituídos a la comunión de los ángeles ministradores, a la armonía y comunión del Padre y del Hijo. CC 21, 22 

MIS OVEJAS OYEN MI VOZ.
 "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano" (Juan 10:27, 28). 

JESÚS MI SALVADOR. 
Jesús declaró: “Por esto el Padre me ama, por cuanto yo pongo mi vida para volverla a tomar.” Es decir: “De tal manera os amaba mi Padre, que me ama tanto más porque dí mi vida por redimiros. Porque me hice vuestro Substituto y Fianza, y porque entregué mi vida y asumí vuestras responsabilidades y transgresiones, resulto más caro a mi Padre; mediante mi sacrificio, Dios, sin dejar de ser justo, es quien justifica al que cree en mí.” El Camino a Cristo 14 EGW 

 LA IGLESIA.... 
La iglesia de Cristo es la intermediaria elegida por Dios para salvar a los hombres. Su misión es llevar el Evangelio al mundo. Esta obligación recae sobre todos los cristianos. Cada uno de nosotros, hasta donde lo permitan sus talentos y oportunidades, tiene que cumplir el mandato del Salvador. El amor de Cristo que nos ha sido revelado nos hace deudores de cuantos no lo conocen. Dios nos dió luz, no sólo para nosotros, sino para que la derramemos sobre ellos. 
(El Camino a Cristo 81) EGW

LA FE. 
Es más que la certeza de lo que se espera y de la convicción de lo que no se ve... es creerle a Dios en todo lo que ha dicho en su palabra. 
¡Tú, puedes escribir hoy… un capítulo más de la fe! 

Ministerio Hno. Pio9 - Conságrate A Dios Hoy. 

lunes, 27 de mayo de 2019

02. DIOS TAMBIÉN TIENE REGLAS.


*NUESTRA ÚNICA RESPONSABILIDAD
Como Supremo Legislador del universo, Dios ha ordenado leyes no sólo para el gobierno de todos los seres vivientes, sino de todas las operaciones de la naturaleza.  Todo, ya sea grande o pequeño, animado o inanimado, está bajo leyes fijas que no pueden ser desdeñadas.  No hay excepciones a esta regla, pues nada de lo hecho por la mano divina ha sido olvidado por la mente divina.  

Sin embargo, al paso que todo lo que hay en la naturaleza es gobernado por la ley natural, sólo el hombre, como ser inteligente, capaz de entender sus requerimientos, es responsable ante la ley moral.  Sólo al hombre, corona de la creación divina, Dios ha dado una conciencia que comprende las demandas sagradas de la ley divina, y un corazón capaz de amarla como santa, justa y buena.  Del hombre se requiere pronta y perfecta obediencia. 

 Sin embargo, Dios no lo obliga a obedecer: 
queda como ser moral libre.

Son pocos los que comprenden el tema de la responsabilidad personal del hombre.  Sin embargo, es un asunto de máxima importancia.  
Todos podemos obedecer y vivir, o podemos transgredir la ley de Dios, desafiar su autoridad y recibir el castigo consiguiente.  

De modo que a cada alma le incumbe decididamente la pregunta: ¿Obedeceré la voz del cielo, las diez palabras pronunciadas en el Sinaí, o iré con la multitud que pisotea esta ígnea ley?  

Para los que aman a Dios, será la máxima delicia observar los mandamientos divinos y hacer aquellas cosas que son agradables a la vista de Dios.  Pero el corazón natural odia la ley de Dios y lucha contra sus santas demandas. los hombres cierran su alma a la luz divina, rehusando caminar en ella cuando brilla sobre 31 ellos.  Sacrifican la pureza del corazón, el favor de Dios y su esperanza del cielo a cambio de la complacencia egoísta o las ganancias mundanales.

Dice el salmista: "la ley de Jehová es perfecta" (Sal. 19: 7). 
¡Cuán maravillosa es la ley de Jehová en su sencillez, su extensión y perfección!  Es tan breve, que podemos fácilmente aprender de memoria cada precepto, y sin embargo tan abarcante como para expresar toda la voluntad de Dios y tener conocimiento no sólo de las acciones externas, sino de los pensamientos e intenciones, los deseos y emociones del corazón. 

 Las leyes humanas no pueden hacer esto.  Sólo pueden tratar con las acciones externas.  Un hombre puede ser transgresor y, sin embargo, puede ocultar sus faltas de los ojos humanos.  Puede ser criminal, ladrón, asesino o adúltero, pero mientras no sea descubierto, la ley no puede condenarlo como culpable.  

La ley de Dios toma en cuenta los celos, la envidia, el odio, la malignidad, la venganza, la concupiscencia y la ambición que agitan el alma, pero que no han hallado expresión en acciones externas porque ha faltado la oportunidad aunque no la voluntad.  Y se demandará cuenta de esas emociones pecaminosas en el día cuando "Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala" (Ecl. 12: 14).


EL OBEDECER TRAE FELICIDAD
La ley de Dios es sencilla y se entiende fácilmente.  Hay hombres que se jactan orgullosamente de que sólo creen lo que pueden entender, olvidándose de que hay misterios en la vida humana y en la manifestación del poder de Dios, en las obras de la naturaleza: misterios que la filosofía más profunda, la investigación más extensa, son incapaces de explicar.  

Pero no hay misterios en la ley de Dios.  Todos pueden comprender las grandes verdades que implica.  El intelecto más débil puede captar esas reglas; el más ignorante puede regular su vida y formar su carácter de acuerdo con la norma divina. 

 Si los hijos de los hombres obedecieran esta ley al máximo de su capacidad, ganarían fortaleza para su mente y poder de discernimiento para comprender todavía más el 32 propósito y los planes de Dios.  
Y este progreso sería continuo, no sólo durante la vida presente, sino durante los siglos eternos, pues no importa cuán lejos avancemos en el conocimiento de la sabiduría y del poder de Dios, siempre queda un infinito más allá.

La ley divina nos demanda amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.  Sin el ejercicio de este amor, la más elevada profesión de fe es mera hipocresía...

Es esencial la obediencia a la ley, no sólo para nuestra salvación, sino para nuestra felicidad y para la felicidad de aquellos con quienes nos relacionamos.  "Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo" (Sal. 119: 165), dice la Palabra inspirada.  

Sin embargo, el hombre finito presentará a la gente esta ley santa, justa y buena, esta ley de libertad que el Creador mismo ha adaptado para las necesidades del hombre, como un yugo de opresión, un yugo que nadie puede llevar.  Pero es el pecador el que considera la ley como un yugo penoso; es el transgresor el que no puede ver belleza en sus preceptos.  Pues la mente carnal "no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede" (Rom.  8: 7)...


MÁS ALLÁ DE LAS PROHIBICIONES
Vivimos en un siglo de gran impiedad. Las multitudes están esclavizadas por costumbres pecaminosas y malos hábitos, y son difíciles de romper los grillos que las atan.  Como un diluvio, la iniquidad está inundando la tierra.  Ocurren diariamente crímenes casi demasiado horrorosos para ser mencionados.  

Y, sin embargo, hombres que profesan ser atalayas en las murallas de Sion quieren enseñar que la ley era sólo para los judíos y que caducó con los gloriosos privilegios que comenzaron en la era evangélica. ¿No hay acaso una relación entre el desenfreno y el crimen imperantes, y el hecho de que los ministros y sus fieles sostienen y enseñan que la ley no está más en vigencia?

El poder condenador de la ley de Dios se extiende no sólo a lo que hacemos, sino a lo que no hacemos.  No hemos 33 de justificarnos dejando de hacer lo que Dios requiere. No sólo hemos de cesar de hacer el mal, sino que debemos aprender a hacer el bien.  

DIOS NOS HA DADO FACULTADES que deben ejercerse en buenas obras, y si no se emplean esas facultades, ciertamente seremos considerados como siervos malos y negligentes.  

Quizá no hayamos cometido atroces pecados; tales faltas quizá no estén registradas contra nosotros en el libro de Dios; pero el hecho de que nuestros actos no sean registrados como puros, buenos, elevados y nobles -lo que indica que no hemos cultivado los talentos que se nos confiaron-, nos coloca bajo condenación.

La ley de Dios existía antes de que el hombre fuera creado. Fue adaptada a las condiciones de seres santos: aun los ángeles eran gobernados por ella.  No se cambiaron los principios de justicia después de la caída.  Nada fue quitado de la ley.  No podía mejorarse ninguno de sus santos preceptos.  Y así como ha existido desde el comienzo, de la misma manera continuará existiendo por los siglos perpetuos de la eternidad.  Dice el salmista: "Hace ya mucho que he entendido tus testimonios, que para siempre los has establecido" (Sal. 119: 152).* RMEGW  MHP

domingo, 26 de mayo de 2019

04. ¿SEÑALES DE SU VENIDA O MOVIMIENTOS DE PLACAS SOLAMENTE?


¿Qué actitud tomas, o que haces? 
¿Cuándo la tierra empieza a temblar
 y no parece detenerse como hoy?

Mucha gente noctambula. Entró en pánico. Cuando la tierra empezó a temblar como a las 2.49 am. Gritos, llanto; mezclados con nerviosismo. Me desperté. Y no entendía que pasaba. Cuando el movimiento iba terminando en los últimos segundos del minuto de duración de grado 7.2.

¿Qué reflexión te da, cuando pasas esa experiencia tan traumática? ¿Miras a los lados o miras al cielo y piensas en Dios?

“Cuando están en dificultad, los filósofos y los hombres de ciencia procuran satisfacer su mente sin apelar a Dios. Ventilan su filosofía acerca de los cielos y de la tierra, explicando plagas, pestilencias, epidemias, TERREMOTOS y hambres, por sus supuestas ciencias. 
Las cuestiones relativas a la creación y la providencia procuran resolverlas diciendo: Es la ley de la naturaleza”. CM 426


LA SEGUNDA VENIDA
Nuestro Salvador ha de volver. Antes de despedirse de sus discípulos y de salir de este mundo, les dejó la promesa de su regreso. 
“¡No se turbe vuestro corazón!” dijo:
 “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; ... voy a prepararos el lugar. Y si yo fuere y os preparare el lugar, vendré otra vez, y os recibiré conmigo; para que donde yo estoy, vosotros también estéis.”
 Juan 14:1-3. 

No los dejó en la duda respecto del modo en que efectuaría su venida. “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria; y delante de él serán juntadas todas las naciones.” Mateo 25:31, 32. 

Con mucho cuidado los puso en guardia contra el engaño: 
“Si, pues, os dijeren: ¡He aquí, en el desierto está! no salgáis: O: ¡He aquí, en los aposentos! no lo creáis. Porque como el relámpago sale del oriente y se ve lucir hasta el occidente, así será la venida del Hijo del hombre.” Mateo 24:26, 27. 

ESTE AVISO ES TAMBIEN PARA NOSOTROS.
Hoy hay falsos maestros que dicen: “¡He aquí en el desierto está!” y miles han salido al desierto, esperando encontrar a Cristo.
Y miles también que pretenden tener comunicación con los espíritus de los muertos afirman: “¡He aquí, en los aposentos está!” Esto es precisamente lo que dice el espiritismo. 
Pero Cristo dice: “No lo creáis. Porque como el relámpago sale del oriente, y se ve lucir hasta el occidente, así será la venida del Hijo del hombre.” 

Al ascender Cristo a los cielos los ángeles declararon a los discípulos: “Este mismo Jesús que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá del mismo modo que le habéis visto ir al cielo.” 
Hechos 1:11. 
Ascendió corporalmente, y ellos le vieron cuando los dejó y fue recibido en la nube. Volverá en una gran nube blanca, y “todo ojo le verá.” Apocalipsis 1:7. 

El día exacto y la hora de su venida no han sido revelados. 
Cristo dijo a sus discípulos que él mismo no podía decirles el día o la hora de su segunda aparición. Pero citó algunos acontecimientos mediante los cuales podrían saber cuándo se acercará su venida. 
“Habrá señales-dijo-en el sol, y en la luna, y en las estrellas.” 
Lucas 21:25. 
Y aun se expresa más claramente al decir: 
“El sol se obscurecerá, y la luna no dará su luz, y las estrellas caerán del cielo.” Mateo 24:29. 

“Sobre la tierra,” dijo, habrá “angustia de naciones, en perplejidad, a causa de los bramidos del mar y la agitación de las ondas; desfalleciendo los hombres de temor, y en expectativa de las cosas que han de venir sobre la tierra habitada.” Lucas 21:25, 26. 
“Y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y grande gloria. Y enviará sus ángeles con grande estruendo de trompeta, los cuales juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro.” Mateo 24:30, 31. 

El Salvador agregó: “De la higuera, pues, aprended la semejanza: Cuando su rama ya se enternece, y hace brotar las hojas, sabéis que el verano está cerca: así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que él está cerca, a las puertas.” Mateo 24:32, 33. 

Cristo dió estas señales de su venida para que sepamos cuándo está cerca, a las puertas mismas. Cuando los árboles echan hojas en la primavera, sabemos que el verano está cerca. Pues bien, con no menos seguridad sabremos que la segunda venida de Cristo está cercana, cuando las señales aparezcan en el sol, en la luna y en las estrellas. 

EN APOCALIPSIS 6:12-17, ES MÁS COMPLETO, ESTA VISIÓN CELESTIAL DE SU VENIDA. 
12 Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre;13 y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento.
14 Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar.
15 Y los reyes de la tierra, y los grandes, los ricos, los capitanes, los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de los montes;16 y decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero; 
17 porque el gran día de su ira ha llegado; ¿y quién podrá sostenerse en pie? 


ESTA SEÑAL del tiempo del fin se dio inicio; el 1 de noviembre de 1755. Su epicentro fue en Lisboa- Portugal.  Conocido en la historia como EL GRAN TERREMOTO DE LISBOA. 

“Estas señales se vieron antes de principios del siglo XIX. En cumplimiento de esta profecía, en 1755 se sintió el más espantoso terremoto que se haya registrado. Aunque generalmente se lo llama el terremoto de Lisboa, se extendió por la mayor parte de Europa, África y América. Se sintió en Groenlandia en las Antillas, en la isla de Madera, en Noruega, en Suecia, en Gran Bretaña e Irlanda. Abarcó por lo menos diez millones de kilómetros cuadrados. La conmoción fue casi tan violenta en África como en Europa. Gran parte de Argel fue destruida; y a corta distancia de Marruecos, un pueblo de ocho a diez mil habitantes desapareció en el abismo. Una ola formidable barrió las costas de España y África, sumergiendo ciudades y causando inmensa desolación”. 

Fue en España y Portugal donde la sacudida alcanzó su mayor violencia. Se dice que en Cádiz, la oleada llegó a sesenta pies de altura. Algunas de las montañas “más importantes de Portugal fueron sacudidas hasta sus cimientos y algunas de ellas se abrieron en sus cumbres, que quedaron partidas de un modo asombroso, en tanto que trozos enormes se desprendieron sobre los valles adyacentes. Se dice que de esas montañas salieron llamaradas de fuego”. 
Sir Charles Lyell, Principles of Geology, 495.

En Lisboa “se oyó bajo la tierra un ruido de trueno, e inmediatamente después una violenta sacudida derribó la mayor parte de la ciudad. En unos seis minutos murieron sesenta mil personas. El mar se retiró primero y dejó seca la barra, luego volvió en una ola que se elevaba hasta cincuenta pies sobre su nivel ordinario”. “Entre los sucesos extraordinarios ocurridos en Lisboa durante la catástrofe, se cuenta la sumersión del nuevo malecón, construído completamente de mármol y con ingente gasto. Un gran gentío se había reunido allí en busca de un sitio fuera del alcance del derrumbe general; pero de pronto el muelle se hundió con todo el gentío que lo llenaba, y ni uno de los cadáveres salió jamás a la superficie” (ibíd.).

“La sacudida” del terremoto “fue seguida instantáneamente del hundimiento de todas las iglesias y conventos, de casi todos los grandes edificios públicos y más de la cuarta parte de las casas. Unas horas después estallaron en diferentes barrios incendios que se propagaron con tal violencia durante casi tres días que la ciudad quedó completamente destruida. El terremoto sobrevino en un día de fiesta en que las iglesias y conventos estaban llenos de gente, 
y escaparon muy pocas personas” 
(Encyclopaedia Americana, art. Lisboa, nota, ed. 1831).

 “El TERROR del pueblo era indescriptible. Nadie lloraba; el siniestro superaba la capacidad de derramar lágrimas. Todos corrían de un lado a otro, delirantes de horror y espanto, golpeándose la cara y el pecho, gritando: ‘¡Misericordia! ¡Llegó el fin del mundo!’ Las madres se olvidaban de sus hijos y corrían de un lado a otro llevando crucifijos. Desgraciadamente, muchos corrieron a refugiarse en las iglesias; pero en vano se expuso el sacramento; en vano aquella pobre gente abrazaba los altares; imágenes, sacerdotes y feligreses fueron envueltos en la misma ruina”. Se calcula que noventa mil personas perdieron la vida en aquel aciago día.  CS 306 EGW


*Luego Las otras señales han aparecido. 
EL 19 DE MAYO DE 1780, 
EL SOL SE OBSCURECIÓ. 
Aquel día se conoce en la historia como “el día obscuro.” En la parte oriental de la América del Norte, fue tan grande la obscuridad que en muchos sitios hubo que prender luz a mediodía. Hasta después de medianoche, la luna, a pesar de estar llena, no dió luz alguna. 
Muchos creyeron que había llegado el día del juicio. No pudo darse más razón satisfactoria de tan extraordinaria obscuridad que la que encontramos en las palabras de Cristo. 
El obscurecimiento del sol y de la luna fué una señal de la venida 
de Cristo. 


*EL 13 DE NOVIEMBRE DE 1833, observóse una LLUVIA DE ESTRELLAS como nunca se había visto hasta entonces. Miles de personas volvieron a creer que el día del juicio había llegado. 

DESDE ENTONCES se han multiplicado las señales: terremotos, maremotos, tempestades, pestilencias y hambres, destrucciones por fuego y agua. Todo esto, y “la angustia de naciones en perplejidad,” 
¡DECLARAN QUE LA VENIDA DEL SEÑOR ESTÁ CERCA!

De los que contemplan estas señales dice Cristo: “No pasará esta generación, hasta que todo esto sea hecho. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Mateo 24:34, 35. 

“El Señor mismo descenderá del cielo con mandato soberano, con la voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán primero; luego, nosotros los vivientes, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos a las nubes, al encuentro del Señor, en el aire; y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos pues los unos a los otros con estas palabras.” 1 Tesalonicenses 4:16-18. 

Cristo viene, viene en las nubes y con grande gloria. Una muchedumbre de ángeles resplandecientes le servirá. Vendrá para resucitar a los muertos y para transformar a los santos que estén vivos y darles gloria. 

Vendrá para dar honra a los que le hayan amado y que hayan guardado sus mandamientos, y los llevará consigo. No se ha olvidado de ellos ni de su promesa. 

Ha de reanudarse la cadena de la familia. Cuando pensamos en nuestros amados que han muerto, pensamos también en la mañana en que la trompeta de Dios ha de resonar, y en que “los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos mudados.” 1 Corintios 15:52. 

Ese tiempo está cerca. Aún un poco más, y veremos al Rey en su belleza. Aún un poco más, y él enjugará toda lágrima de nuestros ojos. Aún un poco más, y nos presentará “irreprensibles delante de la presencia de su gloria con gozo extremado.” Judas 24. 
Por lo tanto, al darnos él las señales de su venida, dijo: “Mas en comenzando a suceder estas cosas, erguíos y alzad vuestras cabezas; porque vuestra redención se va acercando.” Lucas 21:28. CNS EGW

Lo más trascendente de esta reflexión es: ¿Qué harás al respecto?  ¿empezarás a pensar en serio y oír la voz de Dios, que habla a tu conciencia?
O seguirás arrullándote en la seguridad de que todo está bien.
 ¿Y solo es el ajuste de placas? 
Es tiempo de que reflexiones y decidas. Porque ante tu decisión, no hay marcha atrás. Dios te ilumine con su Espíritu. Amen.  Ministerio Hno. Pio

23. “LA CONVERSIÓN CREA NUEVOS INTERESES”

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos. Efesios 4:22. Dios ...