sábado, 19 de octubre de 2019

05. LA MEJOR DE TODA LAS CIENCIAS "EL REINO DE DIOS EN EL CORAZÓN".


JESUS Y LA POLITICA
El gobierno bajo el cual Jesús vivía era corrupto y opresivo; por todos lados había abusos clamorosos: extorsión, intolerancia y crueldad insultante.

SIN EMBARGO, el Salvador no intentó hacer reformas civiles, no atacó los abusos nacionales ni condenó a los enemigos nacionales. No intervino en la autoridad ni en la administración de los que estaban en el poder.

El que era nuestro ejemplo se mantuvo alejado de los gobiernos terrenales. No porque fuese indiferente a los males de los hombres, SINO PORQUE EL REMEDIO NO CONSISTÍA en medidas simplemente humanas y externas. Para ser eficiente, la cura debía alcanzar a los hombres individualmente, y debía regenerar el corazón. -DTG 470.

Algunos de los fariseos habían venido a Jesús y le habían preguntado "cuándo había de venir el reino de Dios". Habían pasado más de tres años desde que Juan el Bautista diera el mensaje que a manera de toque de trompeta había repercutido por el país: "Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado" (Mat. 3: 2). Y sin embargo los fariseos no veían señal alguna del establecimiento del reino. . .

Jesús contestó: "El reino de Dios no vendrá con advertencia [manifestación exterior, VM] ni dirán: Helo aquí, o helo allí porque he aquí el reino de Dios entre vosotros está. No busquéis aquí o allí manifestaciones de poder terrenal que señalen su comienzo. -Id. 467. Las obras de Cristo no sólo declaraban que era el Mesías, sino que manifestaban cómo iba a establecerse su reino. . . 

El reino de Dios no viene con manifestaciones externas. Viene mediante la dulzura de la inspiración de su Palabra, la obra interior de su Espíritu, y la comunión del alma con Aquel que es su vida. La mayor demostración de su poder se advierte en la naturaleza humana llevada a la perfección del carácter de Cristo. . .

Cristo vino a la tierra, y se presentó ante los hijos de los hombres con el atesorado amor de la eternidad, y tal es el caudal que, por medio de nuestra unión con él, hemos de recibir para manifestarlo y distribuirlo.-MC 23, 24. 17

sábado, 5 de octubre de 2019

I. LA VENIDA DEL ESPÍRITU: 23. EL ESPÍRITU NOS HABLA.


Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, 
el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. (Juan 15: 26).
El Señor ha condescendido en darle a usted la efusión de su Santo Espíritu.  En las reuniones campestres, y en varias de nuestras instituciones, se le ha dado una gran bendición.  Ha recibido la visita de mensajeros celestiales, portadores de luz, verdad y poder.  No fue por medios extraños como Dios lo bendijo. ¿Cómo Cristo puede subyugar a su pueblo escogido? Por el poder de su Santo Espíritu.  A través de las Escrituras es que Dios habla a la mente e imprime la verdad en los corazones de los hombres.

Antes de la crucifixión, Cristo prometió a sus discípulos que les enviaría al Consolador.  Dijo:  "Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya, porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré.  Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio" (Juan 16: 7, 8).   "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.  El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber"  (vers. 13, 14).

Al haberse minimizado la promesa de Cristo, y a causa de la escasez del Espíritu Santo, la espiritualidad de la ley y sus eternas obligaciones no han sido comprendidas.  Los que profesan amar a Cristo no han captado la relación que existe entre ellos y Dios, y su comprensión aún permanece en la oscuridad.  Vagamente entienden la admirable gracia de Dios, quien dio a su Hijo unigénito para salvar al mundo.  Tampoco captan lo distante que están de las exigencias de la santa ley, y cuan íntimamente deben ser asimilados sus preceptos para que se manifiesten en la vida práctica.  No han visto cuán grande es la necesidad y el privilegio de orar, de arrepentirse y de aceptar las palabra de Cristo.

Es responsabilidad del Espíritu Santo dar a conocer el modelo de consagración que Dios acepta. Mediante el Espíritu Santo, la persona es iluminada, y el carácter es renovado, elevado y santificado. 
Review and Herald, 30 de enero de  1894. 33 RP EGW

23. “LA CONVERSIÓN CREA NUEVOS INTERESES”

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos. Efesios 4:22. Dios ...